Llamadas telefónicas y un iceberg místico.

Para comenzar, debo admitir que mantuve ciertas distancias con los blogs, se que seré leída por unos cuantos amigos y me basta. Y algunas películas se vienen a mi mente, sobretodo la de una cocinera que ama a otra cocinera inglesa que en la década del 50 ni idea tenia del Internet ni de sus desventajas. Digo desventajas porque se puede invertir la tortilla frente a un opinión sin fundamento mas que la pasión y quedar totalmente en ridículo. Caso cercano fue una estudiante al parecer de periodismo que hablo hace unos pocos meses sobre los mapuches y lo flojo que son. Algarabía  en las redes sociales = muerte social en la web.

Si bien el miedo de la ridiculez en el blogosfera me importa un carajo si considero que cuidar las palabras es importantisimo, las conjeturas entre nuestra mente y la palabra escrita, contiene eso de la palabra empeñada. Si bien creo que hay que ser fiel a ciertos principios ( algo que creo sumamente difícil) al menos que haya coherencia entre mis pensamientos.

Una llamada Telefónica exprime esa dificultad de tener que ser cuidadoso con lo que se habla, es un tanto difícil mentirle ( creo) al interlocutor que no ve, que no huele, pero que si escucha, sobre todo escucha. Su medio auditivo es exasperado al mil con tan solo oír sonidos alentando a un solo sentido.

Aquí, pasa algo parecido, si bien, no nos comunicamos por medios sonoros, si por uno solo, el visual, y la cantidad de eufemismos y metáforas en el lenguaje es perdido por la interpretación sin tono y sin color de estas palabras escritas. ( ahí el rechazo de personas cercanas a realizar llamadas sino por algo estrictamente necesario y preciso, nada de contarse la vida , como el Vicente, que a penas contesta ya quiere cortar)

Así como Hemingway decía " un buen relato debe ser como un iceberg, en donde lo que se ve es siempre menos que lo que queda oculto bajo el agua, y otorga intensidad, misterio, fuerza y significación a lo que flota en la superficie" 

Así estos medios técnicos ( como las llamadas telefónicas y el actual blog y sus parientes cercanos como libros, revistas, cuentos) mantienen el misterio de un mundo que fue vivido y que nos espera por vivir.